Historia de la Escuela

La Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías inició sus actividades en el mes de septiembre de 1952 con una clase de dibujo impartida por el Pintor Muralista Mtro. Francisco Montoya de la Cruz, en el histórico edificio del Instituto Juárez, a iniciativa del entonces Rector de esa institución educativa el Lic. Francisco Celis Méndez, para tres años más tarde ser reconocida oficialmente el día 10 de febrero de 1955, según consta en el Periódico Oficial del Estado de Durango, número 16, con fecha del 24 de febrero del mismo año, siendo Gobernador del Estado de Durango el Lic. Francisco González de la Vega y Rector del Instituto Juárez el Lic. Ángel Rodríguez Solórzano; de esta manera, finalmente se crea una escuela de artes en la ciudad de Durango influenciada con gran contenido histórico social de la corriente del muralismo y de la Escuela Mexicana de Pintura.

Por otra parte, esta primicia de orientación artística expuesta con un sentido de formalidad en su aspecto teórico practico y técnico conceptual con materias que demandan tanto de la materia prima como la preparada para el desarrollo de sus habilidades y destrezas personales, motivó de sobremanera a la generación de los primeros estudiantes, que con su aprendizaje fortalecieron el proyecto inicial. Se propuso un programa que justificó con unidades de aprendizaje y cursos la formación de pintores, escultores y grabadores con una duración de cinco años.

Desde su inicio la Unidad Académica fomentó y guío la enseñanza con espíritu de trabajo y encauzó las inquietudes de niños, jóvenes y adultos al conocimiento y disciplina de las artes plásticas, facilitando a la comunidad en general, sin restricción alguna, su ingreso al plantel. Los objetivos fueron de acuerdo con el desarrollo tradicional que se había establecido en otras instituciones de formación artística en el territorio nacional, básicamente de proporcionar el aprendizaje a las personas interesadas en formar parte de él (Diez del Real, 2015).

Es importante recordar las palabras del pintor muralista José Chávez Morado al mencionar en su artículo La Obra de un Hombre lo siguiente: “En Durango, como también por fortuna ya en otros estados. La Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías de la Universidad Juárez del Estado de Durango, ha creado fisonomía propia, sin cerrarse por ello a las corrientes de la época, pero sin la preocupación de la novedad, sino la de abrir para el alumno posibilidades de obrar, sobre bases técnicas firmes”. (Diez del Real, 2015).

La estructura organizacional estuvo a cargo de su Director fundador, el Mtro. Francisco Montoya de la Cruz apoyado y por un respetable cuerpo académico, a partir de los años setentas se instauró la Secretaria Académica y un auxiliar en contabilidad.

Hay fechas trascendentales en la historia de vida de la Escuela de Pintura, como el año de 1954, que salió a la luz pública la Revista Andamios, cuya finalidad fue difundir el arte y la cultura, en este consejo editorial colaboraron destacados alumnos de la institución como personalidades locales y nacionales en esta actividad social. (Diez del Real, 2015).

De tal manera que, vinculado al programa teórico práctico, se estableció un programa de difusión artística para apoyar el desarrollo cultural, se llevaron a cabo exposiciones, que sirvieron de base para detectar las necesidades que demandaban estas actividades que requerían sobre todo de la creación de una Galería; por tal motivo, se recibió apoyo de la Rectoría para acondicionarla en el mismo Instituto, estableciéndose en el lugar que había ocupado la antigua Biblioteca del Estado; es decir, en el crucero de las calles de Constitución y Pino Suárez (en el mismo edificio institucional), como se mencionó con anterioridad, se contó con el apoyo del entonces rector, Lic. Ángel Rodríguez Solórzano, y con la participación del maestro Francisco Montoya de la Cruz, de los empresarios Don Fermín Núñez, Don Emilio de la Garza, del Instituto Nacional de Bellas Artes, esta institución patrocinó varias exposiciones que permitieron que la comunidad pudiera estar en contacto visual al acceder a la obra de los grandes maestros de arte del país, igualmente del esfuerzo realizado por los mismos alumnos de la escuela que requerían de un espacio para exponer su obra.

De los primeros talleres que fueron surgiendo en la Escuela, se menciona el taller de cerámica, que había iniciado en 1956. En ese mismo año dio inicio el de talla directa, que impartió el mismo director de la unidad académica el Mtro. Francisco Montoya de la Cruz, y el taller de fundición artística que tanto renombre dio a la escuela a nivel estatal y nacional, además se incorporaron al Plan de Estudios la materia de Grabado, y se ofertó el curso de Dibujo infantil, todas estas clases fueron impartidas en diversos salones del Edificio Central de la Universidad Juárez.

El 15 de junio de 1962 fue inaugurado el nuevo edificio por el señor Presidente de la República, Lic. Adolfo López Mateos y por el Gobernador Constitucional del Estado, Lic. Francisco González de la Vega, en los terrenos anexos al Parque Guadiana, lugar que actualmente ocupa esta unidad académica, que dispone de una amplia extensión natural para su funcionamiento. En su inicio este espacio albergó solamente a los talleres artesanales, que fue un suceso trascendental para la comunidad, ya que ingresaban estudiantes sin importar sexo o edad y que encontraron en este lugar un medio de desarrollo cultural y de beneficio económico. (Diez del Real, 2015).

Al contar formalmente con los talleres artesanales, se ofertara a la comunidad aparte de la carrera de Pintor, Escultor y Grabador, las de Técnico Artesano con una duración de cuatro años, en sus diferentes modalidades como: Fundición, Textiles, Cerámica, Vidrio Soplado, Taller de Decoración de Vidrio, Vitrales, Taller de Estampado., lo que dio oportunidad para que la comunidad tuviera acceso a este beneficio. Por tal motivo fue necesario modificar el nombre de la Escuela de Pintura y Escultura de la UJED, por el de Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías de la Universidad Juárez del Estado de Durango, y su lema “Por un arte al servicio del hombre”.

Sobre este acontecimiento el Mtro. José Chávez Morado mencionó: “que la inclusión de las artesanías al programa educativo, ha rehabilitado a éstas, aportándole nuevas formas, técnicas y usos y por fin, porque dota al estudiante de recursos diversos para ganar su sustento y crearse un futuro en la producción y en su beneficio. De aquí se puede concluir que los programas han creado artistas con los pies en la realidad” (Diez del Real, 2015).

Desde el inicio de actividades de la institución en sus primeros pasos, la función orientada a la enseñanza y el despliegue de acciones culturales, a la vez, fueron dirigidos a la comunidad, lo que fue fundamental para que las autoridades gubernamentales tomaran en cuenta que esta labor aparte de difundir el arte también ayudaba a acreditar el conocimiento a sus habitantes.

Es importante mencionar que las exposiciones de estudiantes programadas por la dirección de la escuela, tuvieron tal relevancia por su calidad artística, que alcanzaron el mérito de ser mencionadas en los Catálogos de Las Exposiciones de Arte por el reconocido historiador mexicano Justino Fernández.

La Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías cuenta con dos espacios para la difusión y comercialización de sus actividades, como son: La Galería de Arte Francisco Montoya de la Cruz. El otro espacio es el Kiosco de la Plaza de Armas, en el área central que se denomina Salón de Exhibición y Venta “Los Tlacuilos”, donde se muestran y se hallan a la venta las artesanías que se producen en la Escuela.

Al momento que la Universidad fue creciendo se fueron ampliando las actividades culturales y se tuvo que dejar el recinto de la antigua Biblioteca que fungiera como galería. Por tal motivo, se gestionó un nuevo espacio para este proyecto. Finalmente el Gobierno del Estado otorgó a la Escuela Superior de Música el ala derecha del edificio que en antaño había fungido como Escuela Normal del Estado y parte del ala izquierda para lo que sería la Galería de Arte; se acordó que todos esos salones se convirtieran en una gran galería para tal cometido.

Fue así como en el año 1968 se inaugura la galería de arte “Los Tlacuilos” (en lengua náhuatl, nombre con que se denominó a los pintores prehispánicos que realizaban los códices) por el señor Gobernador Constitucional del Estado de Durango, Lic. Ángel Rodríguez Solórzano.

Esta galería está ubicada en la calle Bruno Martínez 137 Sur. Este espacio cultural, como todos los que existen en el país, tienen la misión, aparte de su función, de dar a conocer la capacidad artística de los expositores locales, nacionales o extranjeros; de igual forma se aprovecha el área para acercar a la comunidad brindando diversidad de cursos y conferencias. En una parte de este espacio se alberga el Archivo Pictórico desde el 22 de mayo de 1995, fecha en que se hizo entrega oficial por parte de las autoridades de la UJED. Las obras que lo integran son el patrimonio artístico de Durango y lo conforman la obra de ex alumnos de las décadas de los 50s a los 80s de esta unidad académica.

Posteriormente se modificó su nombre, a partir del día 21 de enero del año 2000, por el de Galería de Arte Francisco Montoya de la Cruz. Hasta la fecha la galería cumple con su cometido de dar a conocer mensualmente la obra plástica de diferentes artistas locales y foráneos, valorando que la inquietud de todo productor de arte es difundir su obra y su objetivo primordial es mostrar el fruto de su trabajo a la comunidad receptora, en la que asumen la responsabilidad de expresar libremente su mensaje, su sentir y la preocupación por la realidad que les rodea. (Diez del Real, 2015).

El 16 de agosto de 1977, se inauguraron las obras de ampliación de la Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías. Se compone de la construcción y equipamiento de 5 aulas, con el fin de dar servicio a la carrera de Pintor, Escultor y Grabador. La ceremonia estuvo presidida por el C. Gobernador Constitucional del Estado de Durango, Dr. Héctor Mayagoitia Domínguez, y del Rector universitario en ese tiempo, Lic. José Hugo Martínez Ortiz y el Mtro. Francisco Montoya de la Cruz, director fundador de la EPEA. (Diez del Real, 2015).

Con este acontecimiento se determinó instituir en ese mismo año el Grupo Sabatino Dominical, que estuvo coordinado por las maestras Salustia Pérez Avitia y Elizabeth Linden Bracho, quienes brindaron a los estudiantes el apoyo requerido. Este curso tuvo como objetivo primordial que los estudiantes que tomaban las materias de la carrera en un turno vespertino en el Edificio Central, obtuvieran la oportunidad de terminar su preparación artística en el nuevo edificio que actualmente ocupa la institución. Con el paso del tiempo el grupo adquirió tanto prestigio que se siguió ofertando a la comunidad en modalidad de cursos libres. (Diez del Real, 2015).